Impacto psicológico
El impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, 
puede verse amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más 
obvias, relacionadas con el tipo, duración o intensidad del maltrato, 
sino también con las características de la víctima, los recursos y 
apoyos que tenga, y las propias situaciones de su evolución vital. Según
 el artículo (2003). "Basta de indiferencia: maltrato infantil", el 
abuso infantil es un conflicto del cual, hay muchas polémicas con 
respecto al niño; ya que el mismo puede tener muchos problemas durante 
su desarrollo personal.
Independientemente de las secuelas físicas que desencadena 
directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos 
los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, 
emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de estas 
secuelas depende de: Intensidad y frecuencia del maltrato , Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, 
habilidades sociales, etc. El uso o no de la violencia física. Relación del niño con el agresor.Apoyo intra-familiar a la víctima 
infantil. Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, 
psicológica y social. 
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan 
repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en la
 autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios
 de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias 
psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas 
autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, 
deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de 
identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo 
generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, 
agresividad, problemas de relación interpersonal.
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